Telč fue fundada a mitad del siglo XIV, pero los vestigios de estilo romano de la Torre del Espíritu Santo nos indican que en el lugar ya existían asentamientos humanos con anterioridad.
Es difícil imaginarse una ciudad que sea más maravillosa que justamente Telč. La plaza que es como si estuviera sacada de las historias de Hans Christian Andersen, un palacio romántico y transparentes estanques que rodean la ciudad.
Telč es la mejor muestra del Renacimiento italiano desde el norte de los Alpes y a la vez una ciudad que tiene una de las más bonitas plazas de Europa. Es por eso por lo que merecidamente forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
La mayoría de los visitantes empiezan su visita de la ciudad en uno de los lugares más románticos de Chequia. La Plaza de Telč con altas fachadas de casas de varios colores, arcadas con tiendecitas y cafés, en los que podrá pasar un tranquilo momento observando la vida de aquí, es una auténtica delicia.
Cuando se visita, se puede pasear por las galerías porticadas con cafés y tiendas que discurren bajo todas las casas, las cuales confieren un gran ambiente. En la plaza destacan algunos monumentos, como la Columna de la Virgen, de 1716, y las iglesias Jesuita y de San Jacobo.
Junto a esta última se encuentra el Zamek, una residencia tipo castillo de estilo renacimiento moravo, la cual se puede visitar. En torno al jardín central de este castillo se sitúan diversos pasillos y salas con llamativos esgrafiados y artesonados.
¿Qué casa es la más bonita?
La ciudad que se originó como una fortaleza de agua debe su actual aspecto a la competitividad de sus habitantes quienes con la grandeza y altura de sus fachadas querían hacer notar su riqueza y condición social. Gracias a ello, todos los edificios son preciosos. Al ingenioso visitante no se le escapa que los tejados son muchas veces más bajos que las fachadas.
Palacio como de un cuento de hadas
Durante la visita a Telč no puedes pasar por alto el palacio local que pertenece a las joyas de la arquitectura renacentista morava. Fue sobre todo Zacarias de Hradec, quien se quedó fascinado durante el viaje a Génova por el Renacimiento y se esforzó en convertir el castillo gótico en una residencia renacentista.
Gracias al cuidado de los dueños se han conservado en el palacio interiores que reflejan el arte italiano. En el Salón de Oro podrá admirar retratos de los antepasados de Zacarías y valiosos techos de vigas. La Sala de Caballeros y la Sala Africana llamarán la atención de los niños a quienes les gustarán los curiosos trofeos. A lo largo de la visita podrás echar un vistazo a las habitaciones de los últimos habitantes del palacio, biblioteca, baño o vestuario con una colección de ropa histórica y accesorios.
En resumen, Telč es hoy un pequeño pueblo de unos 6.000 habitantes al sur del país. Tiene conexión directa en tren y/o autobús con Brno, Cesky Krumlov o la misma Praga. Si llegamos en coche, lo mejor es dejarlo en un aparcamiento fuera de la ciudad. Por su tamaño, Telč no nos llevará más de una mañana o una tarde, incluyendo un paseo por la plaza y sus tiendas más la visita al castillo.
La mayor parte de los turistas están de día, por lo que la ciudad se queda vacía por las noches. En el castillo hay dos tours guiados distintos y es obligatorio elegir uno de ellos para visitarlo por dentro. También se puede dar un paseo en barcas por los estanques que rodean la ciudad.
¿Qué más ver?
No muy lejos de Telč, se encuentran dos localidades conocidas por su belleza renacentista. Podrás visitar la ciudad de Jindřichův Hradec que presume de uno de los más extensos recintos palaciegos en Chequia.
La ciudad de Slavonice por otro lado ofrece a sus visitantes una bonita plaza con muchas casas burguesas de estilo renacentista con un singular subterráneo histórico.
Yuniet Blanco Salas